La popularidad del socavado radica en que permite a las mujeres un horizonte de libertad sin igual. La longitud, la ubicación, la orientación y la visibilidad están en manos del espectador.
Uno puede ser audaz en un corte, balanceando el costado con patrones ornamentados o atrevidas referencias a la cultura pop, y discreto en el siguiente, tatuándose una forma sutil en la parte inferior de la nuca.